26 DE DICIEMBRE, 2025

Un disfraz, una historia y muchas ganas de sumar: así fue nuestro primer voluntariado con Fundación Michín en Colombia

El sábado 18 de octubre de 2025, un grupo de voluntarios de todo el Grupo Plastilene se reunió para vivir un encuentro muy especial: nuestro primer voluntariado con Fundación Michín. Participaron colaboradores de Plastilene, Novalene, Altalene, Reciclene y del Corporativo, en una jornada que mezcló creatividad, trabajo en equipo y el propósito de compartir tiempo de calidad con los niños y niñas de la Fundación.

Este encuentro tuvo un significado especial: aunque desde hace años hemos estado cerca de Michín a través de donaciones y apoyo, esta vez dimos un paso más allá para encontrarnos cara a cara, construir juntos y convertir esa relación en una experiencia humana, alegre y memorable.

Fundación Michín: ¿quiénes son y qué propósito tienen?

Fundación Michín es una organización social que trabaja por el bienestar y el desarrollo integral de niños y niñas, creando espacios seguros de acompañamiento, aprendizaje y crecimiento. Su propósito es brindar oportunidades reales para que ellos fortalezcan habilidades, descubran su potencial y vivan experiencias positivas que aporten a su proyecto de vida.

A través de actividades formativas, recreativas y de construcción de comunidad (muchas veces con el apoyo de aliados), Michín promueve entornos donde la niñez puede imaginar, expresarse, aprender y sentirse acompañada. Por eso, para el Grupo, sumar desde el voluntariado no solo significa aportar recursos, sino también aportar presencia, tiempo y corazón.

El lugar: una sede con historia y sentido

La cita fue a las 9:00 a. m. en la casa de Fundación Michín en Soacha, una casa que el Grupo Plastilene donó hace varios años y que hoy sigue siendo escenario de oportunidades, acompañamiento y comunidad. A esa misma hora, comenzaron a llegar los niños y niñas, acompañados por sus papás, listos para participar en la actividad.

Desde el primer momento se sintió un ambiente cercano: voluntarios, niños y equipo de la Fundación compartieron un mismo espacio con una energía que fue creciendo minuto a minuto.

Equipos por colores y un rompehielos para empezar con risas

Para organizar la jornada, todos nos dividimos en equipos por colores: azul, rojo, naranja y café. Cada grupo se ubicó en un salón distinto y arrancó con un rompehielos que rápidamente activó el trabajo en equipo: el reto era “desenredar las manos”, encontrando la forma de soltarse sin perder la coordinación. Fue el tipo de dinámica que rompe la timidez y abre el camino para crear juntos.

El reto: disfraces de animales con materiales reciclados (y su historia)

Luego vino el corazón de la actividad: crear un disfraz con materiales reciclados. La temática era animales, y el disfraz debía ser creado con materiales reciclables y usado por uno de los voluntarios. Pero no era solo construir, cada equipo también debía inventar una historia que acompañara al personaje y presentarla en un desfile creativo.

En total, tuvieron alrededor de 1 hora y 30 minutos para diseñar, armar, ajustar detalles y ensayar la presentación.

Un jurado con criterios claros y decisiones difíciles

La evaluación estuvo a cargo de un jurado conformado por Yolanda Rodríguez (Fundación Michín), Liliana Salinas (Talento Humano) y Luisa Ribero (Sostenibilidad). Se calificaban distintos aspectos del reto, considerando tanto el uso creativo de materiales reciclados como la historia y la puesta en escena.

Y como suele pasar cuando hay talento e ilusión, escoger un ganador no fue sencillo.

El equipo ganador

Al final, el grupo que se llevó el primer lugar fue el equipo café, con un disfraz de coneja que se robó las miradas y las sonrisas. Los niños del equipo ganador recibieron un pequeño detalle como reconocimiento, y todos celebramos el cierre con la satisfacción de haber creado algo en conjunto.

Más allá del resultado, lo más valioso fue ver a los niños liderar ideas, proponer soluciones, reírse con libertad y mostrarnos que la creatividad se enciende cuando hay confianza y acompañamiento.

Un gesto que alimentó la jornada: gracias a La Chata Love

Mientras el jurado deliberaba, se ofrecieron refrigerios para los niños. Un punto clave fue el apoyo de un aliado: @lachatalove, quien donó 100 sándwiches que alcanzaron perfectamente para la actividad. Además, el equipo complementó con fruta y bebida, haciendo de este espacio un momento aún más cálido para todos.

“Tenemos el corazón llenito de amor”: la voz de Michín

La jornada cerró con un mensaje que resume lo vivido. Camila Ceballos, directora de Fundación Michín, compartió un agradecimiento que nos deja una motivación clara para continuar:

“Quiero agradecer de todo corazón al Grupo Plastilene y a los voluntarios que estuvieron hoy aquí con nosotros. Estamos felices… es un sueño que teníamos desde hace un tiempo: que pudieran venir a estar acá, en esta sede que Plastilene nos donó, con los niños, compartiendo con ellos… Tenemos el corazón llenito de amor de todas las actividades tan lindas que hicieron hoy los voluntarios y los niños. Esperamos que muchas más personas se puedan unir a las próximas actividades.”

Una semilla sembrada: lo que viene

Este primer voluntariado fue el inicio de algo que queremos cultivar. Quedó sembrada la intención de seguir creando espacios de voluntariado donde podamos involucrar más áreas, sumar nuevos aliados y, eventualmente, integrar también a las familias de los colaboradores, tal como ya se vive en otras iniciativas del Grupo.