En Altalene, empresa del Grupo Plastilene, reafirmamos nuestro compromiso con soluciones de empaque responsables en Colombia. Hoy celebramos la validación de cumplimiento otorgada por la ANLA, que avala que nuestras bolsas de punto de pago y de precorte están elaboradas con 100 % de plástico reciclado posconsumo nacional.
La validación tiene implicaciones muy importantes: estas bolsas están exentas del impuesto al plástico y no entran dentro de la prohibición de plásticos de un solo uso establecida por la Ley 2232. Para los negocios y consumidores esto significa contar con un producto que cumple la normativa vigente y que, además, contribuye directamente a la economía circular.
El visto bueno de ANLA es el resultado de un camino construido paso a paso: iniciamos con el sello LOOP del ICIPC, luego con la certificación de ICONTEC para nuestras resinas Ciclolene® y para nuestras bolsas de Altalene. Hoy sumamos este nuevo respaldo oficial en el marco del cumplimiento legal. Con ello, Altalene se posiciona entre las primeras empresas del país en recibir esta distinción, ofreciendo a nuestros clientes una garantía adicional de confianza en cada bolsa que usan.
Ahora bien, ¿qué significa exactamente que una bolsa sea 100 % PCR (plástico reciclado posconsumo)? Significa que está elaborada a partir de materiales que ya cumplieron un primer ciclo de vida y que, tras un proceso de recuperación y transformación certificado, vuelven al mercado como un producto de calidad. Aunque todavía existe la idea de que “reciclado” equivale a “menos resistente”, las bolsas PCR que fabricamos cumplen con los mismos estándares técnicos de una bolsa hecha con material virgen.
Los que compran estas bolsas, deben poder reconocer con facilidad cuáles cumplen la norma y cuáles podrían traer problemas. Para esto deben saber que:
Esta trazabilidad es fundamental para evitar riesgos legales, ya que la Ley 2232 contempla sanciones severas para quienes comercialicen bolsas que se presentan como 100 % PCR sin serlo: multas, decomisos e incluso la clausura del establecimiento.
El alcance de la certificación aplica a los tamaños y gramajes definidos en los documentos de ICONTEC e ICIPC, información que es pública y transparente. Además, la vigencia es de tres años, con revisiones anuales para asegurar que el producto sigue cumpliendo con los requisitos.
Otro punto clave es la diferencia con las bolsas biodegradables. Aunque estas últimas están permitidas, sí pagan impuesto, mientras que las bolsas certificadas con 100 % PCR están exceptuadas de este gravamen. Esto marca una ventaja significativa para los negocios que buscan una opción responsable y a la vez competitiva.
Más allá de la normativa, lo esencial es el impacto ambiental. Cada bolsa de PCR representa un material que no terminó en un relleno sanitario y que, gracias a la economía circular, vuelve a tener un valor. Esa es la verdadera ganancia: demostrar que sí es posible transformar residuos en soluciones útiles y confiables.
En Altalene seguiremos acompañando a nuestros clientes para que conozcan las regulaciones, cuenten con productos certificados y comuniquen con transparencia.
Si tienes dudas escríbenos a sostenibilidad@plastilene.com