En el mundo del consumo, las etiquetas dicen más de lo que parece. Un simple “100 % reciclable” impreso en un empaque puede generar en el consumidor la sensación de que, al usarlo, está contribuyendo plenamente al cuidado del planeta. Pero ¿qué pasa si esa afirmación, aunque bien intencionada, no es del todo cierta en la práctica?
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En el Grupo Plastilene, recibimos con frecuencia solicitudes de clientes que nos piden “certificar” que el empaque que fabricamos es 100 % reciclable o que es “amigable con el medio ambiente” y aquí es donde toma muchísima más importancia nuestra responsabilidad como fabricantes: acompañar a nuestros clientes con argumentos sólidos, datos científicos y referencia a normas, para que los mensajes en sus empaques sean claros, precisos y honestos.
La norma es clara y no habla de “100 %”
Según la NTC ISO 14020 y 14021 un empaque puede declararse reciclable si cumple tres condiciones:
En el tercer punto es donde todavía hay grandes desafíos. Incluso, si un empaque está diseñado para reciclarse, la falta de sistemas de recolección o de separación en la fuente hace que no siempre termine su ciclo como material recuperado. Por eso, la afirmación de “100 % reciclable” no solo es imprecisa, sino que puede interpretarse como greenwashing.
El riesgo de decir más de la cuenta
No se trata de un tema menor. En varias partes del mundo, empresas de talla global han enfrentado demandas y sanciones por afirmaciones ambientales engañosas:
Estos casos evidencian que no basta con tener una buena intención: la precisión y la transparencia son esenciales, para no confundir al consumidor ni dañar la reputación de la marca.
Nuestra forma de acompañar a los clientes
En el Grupo Plastilene, cuando un cliente nos pide una certificación, respondemos con una carta técnica en la que:
🗣️ Explicamos qué podemos respaldar: por ejemplo, que el empaque está diseñado para ser reciclado y que, técnicamente, podría cerrar su ciclo dentro de nuestra infraestructura. Nuestro compromiso: ofrecer un portafolio de productos sostenibles.
📊 Aclaramos que no es posible certificar que un material sea ‘100% reciclable’ o que siempre será reciclado en la práctica. El objetivo: fortalecer la cadena de reciclaje para que nos acerquemos a esa realidad.
✅ Recomendamos el uso correcto de símbolos, como el triángulo de identificación de resina de la norma ASTM D7611, que debe ser liso y no con flechas de reciclaje, para no inducir al error. También sobre certificaciones de tercera parte que podrían declarar la reciclabilidad del empaque (como es el caso del sello LOOP del ICIPC).
🏷️ Incentivamos el uso de leyendas en el empaque que le indiquen al consumidor cómo y dónde debería disponerlo después de usarlo. En el caso de Colombia sugerimos frases como “deposita en bolsa blanca” o “entrega al reciclador de oficio”.
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Nuestro objetivo no es limitar la comunicación del cliente, sino ayudarlo a construir mensajes alineados con la realidad, la normativa y las buenas prácticas internacionales. Además, nos gusta que nuestros clientes se animen a comunicar más allá del empaque; por ejemplo, en campañas digitales, en medios de comunicación y en otros canales en los que también envían mensajes a los consumidores finales.
El verdadero camino hacia la sostenibilidad no se recorre con mensajes llamativos, sino con compromisos reales. Si comunicamos con precisión, evitamos el riesgo legal, ganamos credibilidad ante el consumidor y, sobre todo, fomentamos una cultura donde la información ambiental es clara y verificable.
El 26 de marzo de 2026 entrará en vigencia la Directiva (UE) 2024/825 del Parlamento Europeo contra el greenwashing. Las empresas tendrán varias obligaciones. Entre ellas, proporcionar información clara a los consumidores y evitar prácticas comerciales engañosas. También existirá la posibilidad de que las empresas sean requeridas para verificar por externos sus metas ambientales y que la información sea pública y esté disponible.
En un mercado donde la transparencia es necesaria y cada vez más valorada, acompañamos a nuestros clientes en el fortalecimiento de la circularidad de los plásticos. Así mejoramos la recolección y promovemos la reciclabilidad real, más allá de cualquier etiqueta.